jueves, 30 de enero de 2014

La banda de música

Dante Pereira
Cuando me incorporaron para hacer el servicio militar obligatorio, en febrero de 1981, llevaba en mi cabeza las palabras que me había dicho un compañero de colegio, clase 61, es decir, de la clase que se estaba yendo cuando nosotros entrábamos a hacer la colimba. Marcelo Quintana, así se llamaba mi compañero, me dijo que si quería pasarla bien en el regimiento tenía que decir que era músico, y entonces me destinarían en la Banda de Música del cuartel y el trato sería más amable que en una compañía de infantería. Sentado en el playón del regimiento recuerdo el momento en que iban y venían oficiales y suboficiales preguntando por soldados que supieran determinados oficios. Aparecía uno y gritaba, " los que sepan manejar camiones, ¡conmigo!". Otro decía, los que sepan carpintería, ¡vengan!, y así fueron pasando hasta que en un momento un oficial bajito y flaquito preguntó si había algún músico. ¡Yo! dije fuerte y las risas del resto no me impidieron levantarme y caminar en dirección al oficial. Al llegar a la cuadra de la banda me recibieron un grupo de suboficiales que me miraron con desprecio y me preguntaron qué sabía hacer. Les dije que tocaba la guitarra y cantaba. Me pusieron una guitarra en las manos y me dieron la orden de que cante algo. Me animé con algo que pensé que iba a ser del gusto de los milicos: Zamba de mi esperanza, y quedé como soldado de la banda. Claro que no iba a volver a tocar la guitarra. A partir de ese momento mi instrumento sería el tambor. Acá pongo unas fotos donde se me ve desfilando tocando el tambor. El que aparece en primer término es Dante "Poroto" Pereira, y su lado, yo.






En la segunda foto se puede en la primera fila, con tambores plateados, a los soldados Visgarra y Herrera (si la memoria no me falla) y en segunda fila, con el tambor con la guarda celeste, el que suscribe y a mi izquierda, Poroto Pereira.

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